Uno de los privilegios de mi trabajo es poder ver a las familias crecer. Tuve la suerte conocer a Alba cuando aún era solo un proyecto, de ver cómo sus padres se ilusionaban al pensar en su nacimiento, de sentir las primeras pataditas en la barriga. Es maravilloso ver como este pequeño bebé, que apenas se movía, ahora te mira y sonríe, se divierte y expresa. Como fotógrafos somos testigos de la vida de las familias, somos los responsables de mantener los recuerdos. No sabéis lo importante que es el legado fotográfico de una familia. Yo estoy orgullosa de ser la hacedora de este tesoro familiar, como siempre digo, no solo hago estas fotos para vosotros si no para vuestros biznietos y más.
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